martes, 6 de noviembre de 2007

La adolescencia

La adolescencia es un continuo de la existencia del individuo, en donde se realiza la transición entre el infante o niño y el adulto. Etimológicamente la palabra deriva del verbo latino adolescere que no significa adolecer o carecer de algo, sino crecer
La transición o cambio, se efectúa no solamente desde el punto de vista biológico (aumento de peso, talla y secreciones hormonales) sino que se extiende a esferas psíquicas, sociales, intelectuales y sexuales. En la adolescencia se inicia la preparación del ser humano al final de su infancia, para ser el adulto de la especie.
Esta preparación de cuerpo y mente, proviene no solamente de sí mismo, sino que se conjuga con su entorno, el cual es trascendental para que los grandes cambios que la naturaleza produce en él lo hagan llegar a la edad adulta.

Además de la identidad, la adolescencia está destinada a que cada mujer y cada chico puedan construir un proyecto de vida para el futuro. Esto implica descubrir deseos, aspiraciones, gustos, habilidades y tendencias, con lo cual se plantean objetivos que cumplir y metas a las cuales se aspira a llegar. Este proyecto incluye, pues, una mezcla de realidades y fantasías, de sueños y posibilidades, de aspiraciones e ilusiones. El proyecto de vida termina por ser el gran organizador de la existencia, como ese punto al que se quiere llegar, a toda costa. Para conseguirlo, habrá que estudiar una determinada carrera o aprender un oficio o realizar ciertas actividades, perfeccionar las habilidades o adquirir otras nuevas, mejorar el ambiente personal y social o cambiarlo. No es una quimera ni un imposible. Es un gran sueño capaz de tornarse realidad, siempre y cuando se mantengan el deseo y la ilusión y se realicen las acciones necesarias. Implica tiempo, ilusiones y también una mínima programación para los años que vendrán. Este proyecto de vida termina, posiblemente, como uno de los frutos más importantes de la adolescencia.